La Guardia Civil constata su declive en la España vaciada: se han perdido 700 agentes en una década
Denuncian cuarteles cerrados, otros que sólo abren por horas, reducción de agentes y una sensación de inseguridad creciente
El parche de Marlaska consiste en enviar agentes de élite del GRS a hacer patrullas estáticas en pueblos
Una de las misiones principales de la Guardia Civil es la protección del medio rural, de aquellas zonas alejadas de las urbes donde el Cuerpo tiene las competencias de la seguridad ciudadana. Sin embargo, como denuncian tanto pública como internamente los propios guardias civiles, la España vaciada ha registrado en la última década el cierre de cuarteles, la reducción de horario de apertura de estos y la desaparición de alrededor de 700 agentes de su plantilla.
Las soluciones del Ministerio del Interior pasan, como ha informado OKDIARIO, por enviar a agentes de élite del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) a realizar patrullas estáticas a pueblos. Una medida cosmética para dar sensación de seguridad a los habitantes de esas zonas, pero sin apenas recorrido operativo, denuncian.
En la ya abiertamente conocida España vaciada, aquellas provincias donde las zonas eminentemente rurales han ido poco a poco migrando hacia las ciudades, cada vez es más habitual encontrarse un cuartel de la Guardia Civil que tan sólo abre durante unas horas por el día. La atención 24 horas en los cuarteles de la España rural está ya en peligro de extinción. «Como si los delitos ocurrieran en horario del Carrefour», reflexionaban recientemente en la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) a raíz de las noticias que muestran cómo la España vaciada va camino de convertirse, también, en la España insegura.
No es una percepción interna de los agentes. Hay datos estadísticos que apuntalan esta preocupación: en 2014, la plantilla real de agentes de la Guardia Civil era de 77.739 efectivos. En 2023, cae hasta los 77.030. El retroceso de más de 700 agentes, aseguran fuentes de la Guardia Civil conocedoras del fenómeno de migración laboral dentro del Cuerpo. Aseguran que esa migración se focaliza -y se ceba- casi en su totalidad en las zonas rurales. «Las unidades en ciudades, y sobre todo en grandes ciudades, han aumentado de plantilla. El balance negativo es el de todas las zonas rurales donde la Guardia Civil se está retirando».
Un despliegue «del siglo XIX»
A diferencia de la creencia popular, el número de delitos en las zonas rurales es significativamente alto. Desde robos a asaltos, la Guardia Civil es quien acude a dar seguridad a los habitantes de estas áreas. Y lo hacen, recuerdan fuentes del Cuerpo a OKDIARIO, recorriendo decenas de kilómetros de distancia para acudir al lugar de la llamada de socorro. Eso, unido a los horarios «de oficina» de muchos de esos cuarteles, provoca que muchas veces se llegue tarde y sea imposible perseguir el delito, explican.
En Lugo, por ejemplo, tal y como recuerda AUGC, sólo un 4% de los cuarteles y puestos de la provincia tiene horario las 24 horas. Similares cifras hay en otras provincias afectadas por la despoblación creciente. «Se están llenando las oficinas de personal y se vacían las calles de los pueblos», señalan. «El modelo está caduco, no se pueden cubrir la seguridad de una España de 2023 con un despliegue territorial diseñado en el siglo XIX», reflexiona otro agente, veterano en la España desploblada, consultado por OKDIARIO. «Y el problema principal es de los generales de Zona, los que no denuncian ante Interior lo que está pasando», añade.
Patrullas de élite por la España rural
Esa falta de agentes de la Guardia Civil en la llamada España vaciada es un mal endémico cada vez más extendido. Para tratar de tapar la brecha que ha producido la pérdida de efectivos, el Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska y la Dirección General de la Guardia Civil han decidido enviar a unidades del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS), la unidad de élite del Cuerpo, a hacer patrullas estáticas en pueblos que se han quedado sin agentes. «Es una medida cosmética e ineficaz», denuncian agentes de la Guardia Civil.
«Una ocurrencia». Así califican fuentes del Instituto Armado la decisión comunicada a sus plantillas por parte de los generales de zona de Castilla y León, Aragón, La Rioja y Castilla-La Mancha en los últimos días en forma de instrucción precisa: los agentes del GRS cubrirán las áreas poco pobladas que se han ido quedando sin agentes de seguridad ciudadana.
Se trata, asegura la Guardia Civil, de «un plan específico y temporal para incrementar la presencia de guardias civiles en zonas que se han visto afectadas por pérdida de efectivos por el último movimiento de vacantes» dentro del Cuerpo.
Con esa última instrucción de Marlaska, explican fuentes de la Guardia Civil, se da orden de movilización a agentes del GRS, considerada una unidad de élite, para que comiencen a realizar labores de seguridad ciudadana -tramitar denuncias, por ejemplo- cuando así se les encomienda. En ese plan también se contempla el despliegue de agentes de las Unidades de Seguridad Ciudadana (Usecic).